Jesenoma se
quedó en blanco, sin saber que responder.
–Te estoy el pelo-
respondió riéndose la joven. –Yo también me presento a las pruebas.
–Valiente
hijadeputa –Pensó Maui. Al maorí no le había hecho ninguna gracia la broma de
Nyree. –Pues por un momento te había creído. Me llamo Maui.
–Encantada de
conocerte. ¿Y qué haces tirado en un banco?¿No tienes donde pasar la noche?
–Me gusta dormir
aquí, me ayuda a concentrarme... –Improvisó Maui-.
–Pues que rarito
eres. Dormir en un banco no te ayudará a estar bien para mañana, además, hueles
a tigre. ¿No has podido ducharte?
Maui no quería
ser grosero, pero estaba empezando a cansarse del interrogatorio de Nyree. Miró
a la joven y sonrió de la manera mas educada que pudo.
–Vivo muy lejos
y ando escaso de dinero. No conozco a nadie por aquí para que me aloje, así que
he decidido pasar la noche en este parque. Mañana me lavaré en alguna fuente
antes de ir a los exámenes. ¿Hay alguna otra cosa qué quieras saber? –Concluyó el
maorí visiblemente molesto-.
–Supongo que
tampoco habrás cenado. –Dijo la joven.
–No tengo
hambre, estoy bien... –respondió Maui-.
Nyree se quedó
pensativa durante unos instantes.
–Vamos a hacer
una cosa, vas a venirte a mi casa y te daré de cenar. Mañana iremos juntos al
examen, podrás dormir en mi sofá.
–¿Me estás
diciendo qué vas a llevarme a tu casa, me vas a dar de cenar y me vas a dar
alojamiento sin conocerme de nada y sin pedirme nada a cambio? –preguntó escéptico el maorí-.
–Si, eso mismo..
–Vale –
respondió tímidamente Jesenoma. El ofrecimiento de Nyree le había dejado
descolocado, pero le apetecía darse una ducha y dormir en un sitio cómodo
–Pero no te
hagas ilusiones. Vivo con mi novio. Si intentas pasarte conmigo te hará
pedazos. –dijo Nyree sonriendo-.
–¡Jamás
intentaría pasarme contigo! –Respondió indignado Maui-
El comentario de Nyree había hecho
mella en el joven maorí. Por principios, Maui sería incapaz de propasarse con
una mujer y menos aún con una que había sido tan amable con él.
–Me parece que
no terminas de entender mi sentido del humor. –dijo Nyree negando con la cabeza– vayámonos. Vivo cerca de aquí. En menos de 10 minutos estaremos en casa.
Maui estaba sorprendido, no estaba
acostumbrado a tanta amabilidad y menos por parte de un desconocido. Sin mas
preámbulos comenzaron a caminar, El maorí avanzaba con la mirada baja evitando
mirar a Nyree directamente, estaba bastante cohibido, no sabía que decir ni que
preguntar, tenía miedo a meter la pata. Por suerte para él, Nyree recibió una
llamada telefónica y se pasó casi todo el trayecto charlando alegremente con
alguien, al parecer una amiga a la que hacía tiempo que no veía. Nyree sonreía mientras hablaba; esa chica tenía la sonrisa mas bella que había visto en
su vida y no por el hecho de que no le faltase ningún diente.
No
tardaron en llegar al barrio residencial donde estaba el apartamento de la
joven Situado en una calle tranquila rodeado de zonas verdes, se alzaba un
majestuoso edificio de 5 plantas de reciente construcción. La joven se acercó a
la puerta principal del edificio y tecleó un código de 6 cifras. La puerta se
abrió de par en par y una voz enlatada femenina la saludó, diciéndole que no
tenía correspondencia y que no había recibido ninguna visita en su ausencia.
Maui miró asombrado el recibidor del inmueble, una amplia estancia con un
montón de plantas, que impregnaban la estancia de un fresco aroma. Tanto las
baldosas del suelo como los azulejos de las paredes brillaban, aunque no tanto
como la infinidad de cristales que colgaban de la enorme lámpara del techo.
Todo parecía lujoso y caro, al menos para Maui, que vivía con sus padres y sus
cinco hermanos en una vieja casa de 80 metros cuadrados. Subieron a un ascensor
que era mas grande que la habitación del maorí, en el que no hizo falta apretar ningún botón. El ascensor cerró sus compuertas y subió directamente a la
tercera planta. Al llegar, la puerta del apartamento de Nyree se abrió automáticamente, encendiéndose al instante las luces del pasillo. Un pequeño
perro salió a recibir a la pareja, ladrando como un descosido ante la presencia
de Maui.
–Parece que no
le caes bien –dijo Nyree riéndose– Vas a tener que ganártelo, hoy compartiréis
cama. –dijo señalando el sofá.
Maui observaba a la pequeña bola de
pelo ruidosa, que no se amedrentaba ante un adversario unas 80 veces mayor que
el. Era una cuestión de territorialidad, el pequeñajo quería dejar claro que
ese era su espacio y que era el jefe allí. Maui, conciliador, se agachó para
acariciarlo. El perro olisqueó su mano, le miró con aires de superioridad
perdonándole la vida y se dió media vuelta, agitando la cola alegremente en
dirección a Nyree.
El apartamento era un auténtico
capricho. Una vivienda de algo mas de 60
metros cuadrados, con un salón comedor y dos apartados. Todo en esa casa
parecía sacado de una revista de decoración.
–Puedes ducharte
si quieres, te traeré una toalla.
–Gracias –respondió
el maorí–.
Maui entró en el cuarto de baño y
comenzó a desnudarse. Recogió su ropa sucia y rebuscó en su mochila para sacar una muda interior limpia. Encendió el agua y
tocó el chorro que salía tímidamente del grifo para verificar la temperatura, metiéndose a
continuación en la ducha. Con la mirada buscó algo con lo que enjabonarse.
Había como 10 frascos distintos en una pequeña repisa. Una simple pastilla de
jabón le hubiera servido. Comenzó a leer uno a uno los frascos: acondicionador,
crema revitalizante, exfoliante, mascarilla facial... no encontraba un maldito
frasco de jabón de ducha. Lo mas parecido que encontró fue un frasco oscuro en
el que leía "gel de chocolate". Cogió el frasco, lo estrujó y vertió
en su mano un chorro de su contenido. Realmente olía a chocolate. Era una
esencia muy agradable. Probó un poco con la punta de la lengua, escupiéndolo a
continuación y disipando por completo sus dudas sobre el sabor del gel. Maui frotó
el producto con ambas manos creando algo de espuma y comenzó a enjabonarse el
torso.
No pasó mas de
un minuto cuando Nyree irrumpió en el baño.
–Aquí tienes tu
toa... !Joder¡
Nyree se había quedado de piedra.
Maui no había corrido la mampara por lo que quedó completamente a la vista de
la joven, que no lograba apartar la mirada del escultural cuerpo del maorí.
Maui, muerto de vergüenza, se tapaba la entrepierna con sus manos, mientras
intentaba cerrar la mampara sin perder el equilibrio ni la dignidad. Nyree no podía evitar mostrar una pícara sonrisa. Lo
había visto todo.
–Tal vez debería haber llamado
antes de entrar –dijo Nyree pensativa. –Por cierto, tu novia tiene que estar
encantada.
Maui no supo que contestar, tan sólo
quería que Nyree se fuera del baño y terminar de ducharse, para él, la
situación era muy violenta.
–¿Te importaría
que termine de asearme? No estoy acostumbrado a ducharme delante de la gente
–Vaya, resulta
que eres tímido... al final vas a ser un buen chico y todo.
–No creo que a
tu novio le haga mucha gracia que estés conmigo en el cuarto de baño mientras
me ducho.
–¿Porqué? No
estamos haciendo nada malo, sólo charlamos.
–No es el mejor
sitio.
Nyree se dio la vuelta mientras reía, no parecía querer marcharse.
–Ahora no te
estoy mirando, puedes seguir duchándote mientras hablamos.
–Sigue sin
parecerme apropiado, si me pongo en su lugar, a mi no me gustaría que mi pareja
se metiera en el baño con otros hombres.
–Háblame de ella
–¿De quién?
–De tu novia
–No tengo novia
–Acabas de
decirme que no te gustaría que tu novia se metiera en el baño con otros
hombres.
–Hablaba en
sentido figurado
–¿Tu sabes hacer
eso?¿Quién lo iba a pensar?
Maui empezaba a cansarse de las
provocaciones de Nyree. No quería ser descortés, pero tampoco quería meterse en
problemas.
–Creo que lo
mejor será que me vaya, si tu novio llega y nos ve aquí, se enfadará.
–Tal vez no se
enfade... -dijo Nyree con voz juguetona- Alomejor, al ver ese cuerpo le apetece
meterse contigo en la ducha.
Maui abrió los ojos como platos, se
quedó petrificado, no le gustaba lo que acababa de escuchar. Sin terminar de
aclararse salió de la ducha, agarró la toalla, se la envolvió como pudo a la
cintura, agarrando su bolsa de ropa. Nyree, que apenas podía contener las
lágrimas de la risa, estalló en una sonora carcajada. Con el entusiasmo del
momento, se abrazó a Maui dándole golpecitos en el hombro.
–Tendrías que
haberte visto la cara. Es una broma, no te preocupes. No vamos a hacerte nada.
Maui estaba totalmente descolocado.
Pensaba que Nyree estaba como una regadera y en cierto modo, no le faltaba
razón. La agarró por los hombros para apartarla y poder vestirse. En ese
momento, sus miradas coincidieron.
Pero se la cepillo o no?, Joder jesus no dejes el capitulo asi coño.
ResponderEliminarNah, no se la cepillará, Jesenoma es un flojo.
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