domingo, 8 de febrero de 2015

Capítulo extra "Jesenoma" 2º Parte

Jesenoma se quedó en blanco, sin saber que responder.

–Te estoy el pelo- respondió riéndose la joven. –Yo también me presento a las pruebas.
–Valiente hijadeputa –Pensó Maui. Al maorí no le había hecho ninguna gracia la broma de Nyree. –Pues por un momento te había creído. Me llamo Maui.
–Encantada de conocerte. ¿Y qué haces tirado en un banco?¿No tienes donde pasar la noche?
–Me gusta dormir aquí, me ayuda a concentrarme... –Improvisó Maui-.
–Pues que rarito eres. Dormir en un banco no te ayudará a estar bien para mañana, además, hueles a tigre. ¿No has podido ducharte?

Maui no quería ser grosero, pero estaba empezando a cansarse del interrogatorio de Nyree. Miró a la joven y sonrió de la manera mas educada que pudo.

–Vivo muy lejos y ando escaso de dinero. No conozco a nadie por aquí para que me aloje, así que he decidido pasar la noche en este parque. Mañana me lavaré en alguna fuente antes de ir a los exámenes. ¿Hay alguna otra cosa qué quieras saber? –Concluyó el maorí  visiblemente molesto-.
–Supongo que tampoco habrás cenado. –Dijo la joven.
–No tengo hambre, estoy bien... –respondió Maui-.

Nyree se quedó pensativa durante unos instantes.

–Vamos a hacer una cosa, vas a venirte a mi casa y te daré de cenar. Mañana iremos juntos al examen, podrás dormir en mi sofá.
–¿Me estás diciendo qué vas a llevarme a tu casa, me vas a dar de cenar y me vas a dar alojamiento sin conocerme de nada y sin pedirme nada a cambio? –preguntó escéptico el maorí-.
–Si, eso mismo..
–Vale – respondió tímidamente Jesenoma. El ofrecimiento de Nyree le había dejado descolocado, pero le apetecía darse una ducha y dormir en un sitio cómodo
–Pero no te hagas ilusiones. Vivo con mi novio. Si intentas pasarte conmigo te hará pedazos. –dijo Nyree sonriendo-.
–¡Jamás intentaría pasarme contigo! –Respondió indignado Maui-

            El comentario de Nyree había hecho mella en el joven maorí. Por principios, Maui sería incapaz de propasarse con una mujer y menos aún con una que había sido tan amable con él.

–Me parece que no terminas de entender mi sentido del humor. –dijo Nyree negando con la cabeza– vayámonos. Vivo cerca de aquí. En menos de 10 minutos estaremos en casa.

            Maui estaba sorprendido, no estaba acostumbrado a tanta amabilidad y menos por parte de un desconocido. Sin mas preámbulos comenzaron a caminar, El maorí avanzaba con la mirada baja evitando mirar a Nyree directamente, estaba bastante cohibido, no sabía que decir ni que preguntar, tenía miedo a meter la pata. Por suerte para él, Nyree recibió una llamada telefónica y se pasó casi todo el trayecto charlando alegremente con alguien, al parecer una amiga a la que hacía tiempo que no veía. Nyree sonreía mientras hablaba; esa chica tenía la sonrisa mas bella que había visto en su vida y no por el hecho de que no le faltase ningún diente.

No tardaron en llegar al barrio residencial donde estaba el apartamento de la joven Situado en una calle tranquila rodeado de zonas verdes, se alzaba un majestuoso edificio de 5 plantas de reciente construcción. La joven se acercó a la puerta principal del edificio y tecleó un código de 6 cifras. La puerta se abrió de par en par y una voz enlatada femenina la saludó, diciéndole que no tenía correspondencia y que no había recibido ninguna visita en su ausencia. Maui miró asombrado el recibidor del inmueble, una amplia estancia con un montón de plantas, que impregnaban la estancia de un fresco aroma. Tanto las baldosas del suelo como los azulejos de las paredes brillaban, aunque no tanto como la infinidad de cristales que colgaban de la enorme lámpara del techo. Todo parecía lujoso y caro, al menos para Maui, que vivía con sus padres y sus cinco hermanos en una vieja casa de 80 metros cuadrados. Subieron a un ascensor que era mas grande que la habitación del maorí, en el que no hizo falta apretar ningún botón. El ascensor cerró sus compuertas y subió directamente a la tercera planta. Al llegar, la puerta del apartamento de Nyree se abrió automáticamente, encendiéndose al instante las luces del pasillo. Un pequeño perro salió a recibir a la pareja, ladrando como un descosido ante la presencia de Maui.

–Parece que no le caes bien –dijo Nyree riéndose– Vas a tener que ganártelo, hoy compartiréis cama. –dijo señalando el sofá.

            Maui observaba a la pequeña bola de pelo ruidosa, que no se amedrentaba ante un adversario unas 80 veces mayor que el. Era una cuestión de territorialidad, el pequeñajo quería dejar claro que ese era su espacio y que era el jefe allí. Maui, conciliador, se agachó para acariciarlo. El perro olisqueó su mano, le miró con aires de superioridad perdonándole la vida y se dió media vuelta, agitando la cola alegremente en dirección a Nyree.

            El apartamento era un auténtico capricho. Una  vivienda de algo mas de 60 metros cuadrados, con un salón comedor y dos apartados. Todo en esa casa parecía sacado de una revista de decoración.

–Puedes ducharte si quieres, te traeré una toalla.
–Gracias –respondió el maorí–.

            Maui entró en el cuarto de baño y comenzó a desnudarse. Recogió su ropa sucia y rebuscó en su mochila para sacar  una muda interior limpia. Encendió el agua y tocó el chorro que salía tímidamente del grifo  para verificar la temperatura, metiéndose a continuación en la ducha. Con la mirada buscó algo con lo que enjabonarse. Había como 10 frascos distintos en una pequeña repisa. Una simple pastilla de jabón le hubiera servido. Comenzó a leer uno a uno los frascos: acondicionador, crema revitalizante, exfoliante, mascarilla facial... no encontraba un maldito frasco de jabón de ducha. Lo mas parecido que encontró fue un frasco oscuro en el que leía "gel de chocolate". Cogió el frasco, lo estrujó y vertió en su mano un chorro de su contenido. Realmente olía a chocolate. Era una esencia muy agradable. Probó un poco con la punta de la lengua, escupiéndolo a continuación y disipando por completo sus dudas sobre el sabor del gel. Maui frotó el producto con ambas manos creando algo de espuma y comenzó a enjabonarse el torso.

No pasó mas de un minuto cuando Nyree irrumpió en el baño.

–Aquí tienes tu toa... !Joder¡

            Nyree se había quedado de piedra. Maui no había corrido la mampara por lo que quedó completamente a la vista de la joven, que no lograba apartar la mirada del escultural cuerpo del maorí. Maui, muerto de vergüenza, se tapaba la entrepierna con sus manos, mientras intentaba cerrar la mampara sin perder el equilibrio ni la dignidad. Nyree  no podía evitar mostrar una pícara sonrisa. Lo había visto todo.

–Tal vez debería haber llamado antes de entrar –dijo Nyree pensativa. –Por cierto, tu novia tiene que estar encantada.

            Maui no supo que contestar, tan sólo quería que Nyree se fuera del baño y terminar de ducharse, para él, la situación era muy violenta.

–¿Te importaría que termine de asearme? No estoy acostumbrado a ducharme delante de la gente
–Vaya, resulta que eres tímido... al final vas a ser un buen chico y todo.
–No creo que a tu novio le haga mucha gracia que estés conmigo en el cuarto de baño mientras me ducho.
–¿Porqué? No estamos haciendo nada malo, sólo charlamos.
–No es el mejor sitio.

            Nyree se dio la vuelta mientras reía, no parecía querer marcharse.

–Ahora no te estoy mirando, puedes seguir duchándote mientras hablamos.
–Sigue sin parecerme apropiado, si me pongo en su lugar, a mi no me gustaría que mi pareja se metiera en el baño con otros hombres.
–Háblame de ella
–¿De quién?
–De tu novia
–No tengo novia
–Acabas de decirme que no te gustaría que tu novia se metiera en el baño con otros hombres.
–Hablaba en sentido figurado
–¿Tu sabes hacer eso?¿Quién lo iba a pensar?

            Maui empezaba a cansarse de las provocaciones de Nyree. No quería ser descortés, pero tampoco quería meterse en problemas.

–Creo que lo mejor será que me vaya, si tu novio llega y nos ve aquí, se enfadará.
–Tal vez no se enfade... -dijo Nyree con voz juguetona- Alomejor, al  ver ese cuerpo le apetece meterse contigo en la ducha.

            Maui abrió los ojos como platos, se quedó petrificado, no le gustaba lo que acababa de escuchar. Sin terminar de aclararse salió de la ducha, agarró la toalla, se la envolvió como pudo a la cintura, agarrando su bolsa de ropa. Nyree, que apenas podía contener las lágrimas de la risa, estalló en una sonora carcajada. Con el entusiasmo del momento, se abrazó a Maui dándole golpecitos en el hombro.

–Tendrías que haberte visto la cara. Es una broma, no te preocupes. No vamos a hacerte nada.


            Maui estaba totalmente descolocado. Pensaba que Nyree estaba como una regadera y en cierto modo, no le faltaba razón. La agarró por los hombros para apartarla y poder vestirse. En ese momento, sus miradas coincidieron. 

2 comentarios: